domingo, 21 de febrero de 2016

EL ROBO DE LA IGLESIA DE ARTICA

Berroeta

23 de Enero de 1802, al ir a tocar el alba el sacristán de Artica se encontró con que la iglesia había sido saqueada. Alguien había robado una cruz de plata, el incensario, un cáliz, unas vinajeras y otras cosas, además de algo de dinero.
El sacristán aviso al jurado Aguirre y al párroco Don Javier Perez y tocó las campanas a rebato. El pueblo acudió a la iglesia a enterarse de que pasaba y en seguida algunos vecinos salieron a buscar a los ladrones.
Supusieron que los ladrones intentarían alcanzar la frontera y algunos tomaron camino del Baztan, llegando al atardecer a Berroeta sin haber encontrado a los facinerosos.
Ya oscurecido entró en la taberna de Berroeta un individuo con mala pinta pidiendo pan y vino y el jurado de Echarri que estaba ojo avizor se fue para él y le dio el alto.
No dice la crónica que hizo el citado jurado pero la cosa es que el malapinta se entregó sin montar escándalo, incautándole varias cosas, ninguna de valor.
Encerraron al hombre en la casa concejil y le interrogaron, me imagino que no muy amablemente porque largó que en las afueras del pueblo les esperaban algunas personas para las que había comprado víveres.
Se mandó una patrulla a buscar por los alrededores y al poco encontraron a dos personas en el camino de Aniz, se acercó la patrulla con sigilo y cuando les dieron el alto uno de los interpelados contestó: ¡que alto ni que carajo! ¿que queréis?. E hizo ademán de sacar un arma, uno de la patrulla le soltó un tiro a bocajarro dejándolo tieso en el acto. Se acercaron a la otra persona y se encontraron con una moza que lloraba sin parar.
Llevaron al fiambre a la casa concejil (esa casa no habría tenido tanto movimiento en años)  y lo registraron no encontrando tampoco nada de valor pero si un par de pistolas. Registraron también sus alforjas y ahí encontraron trozos de plata abollados a golpes.
La moza tampoco llevaba nada de valor por lo que los ojos se volvieron al detenido en primer lugar, este que se veía perdido pidió permiso para ir a la cuadra (a falta de baño una cuadra hacia el servicio perfectamente) aprovechando para esconder entre el fiemo algunos objetos que llevaba ocultos y que no le habían encontrado.
Cima de Abartan, cerca de Berroeta.

Un vigilante se olió la tostada y en seguida encontraron una cruz pequeña, unos cubiertos de plata  y algunas otras cosas.
Se envió enseguida a un emisario en busca de Don Gastón de Iriarte, alcalde de Baztán, quien llegó al día siguiente a Berroeta.
Cuando llegó se dirigió al cadáver preguntándole tres veces ¿Quien te mató?.Pregunto después a los que le rodeaban si conocían el sujeto, contestando todos negativamente. Examinaron el cadáver una medico y un cirujano y se ordeno el enterramiento puesto que ya se estaba descomponiendo.
¿Quienes eran los ladrones?
Ellos franceses y ella andaluza de La Carolina, provincia de Jaén.
Ella se llamaba Maria Teresa Aniesa tenia 18 años y siendo muy niña se había trasladado con sus padres a Pamplona donde había servido varios años, en Bayona conoció al difunto Fernando que era contrabandista.
El detenido se llamaba Pedro de Coutace, natural de Olorón y de profesión albéitar (veterinario).
El 17 de Enero salieron de Bayona Fernando y Teresa con unos pañuelos para pasarlos de contrabando, después de algunos contratiempos llegaron a Pamplona donde ella fue a visitar a una hermana casada que vivía en Berriosuso.
Pedro llegó también a Pamplona pero pasando por Burguete, Espinal, Berriosuso....... según el buscando trabajo.
Los dos hombres, después del robo se reunieron con Teresa y partieron hacia la frontera.
A las seis y media llegaron a Arraiz y mientras almorzaban apareció un pastor de 12 años, Simón de Alzugaray con el que hablaron. Siguieron camino hasta llegar a Berroeta donde sucedió lo que ya hemos visto.
Una vez en Pamplona los sometieron a una ronda de presos (como en las películas de ahora) y el pastorcico los reconoció a los dos sin vacilación.
Ya solo nos queda la sentencia, a Pedro lo condenaron a muerte, ahorcándolo en el campo de San Roque el 1 de Octubre de 1805, casi 4 años después. A Teresa le condenaron a 6 años de cárcel, cuando llevaba 5 pidió la libertad por que al parecer sus padres estaban en unas condiciones lastimosas pero se le denegó y tuvo que cumplir la pena entera.

La historia la he extraído de "Rincones de la historia de Navarra" Volumen 1 de Florencio Idoate.

Si quieres ver el repor de la excursión desde Berroeta al Abartan, pincha aquí.